domingo, 1 de enero de 2012

Una grabación con cámara oculta desvela abortos ilegales en un centro abortista



Cartel y advertencia


Sus vídeos han abierto informativos estatales y nacionales, son herramienta de estudio en las diferentes investigaciones judiciales iniciadas tras su emisión y han llevado a cuatro estados -Indiana, Kansas, Nueva Jersey y Carolina del Norte- a retirar los fondos públicos que -hasta la aparición de las cintas- se hacían llegar a la organización sin ánimo de lucro Planned Parenthood, mayor proveedora de abortos en Estados Unidos, con más de treinta operaciones al día, tres días por semana en cada una de las clínicas, según datos de una de las trabajadoras grabadas.
El cartel con la cara de Lila Rose y una advertencia sobre sus actividades con cámara oculta que adorna las recepciones de todos los centros de Planned Parenthood no impide la grabación de nuevos vídeos. Tinte para el pelo, gafas, estilos de vestir muy distintos... y nadie podría reconocerla. Acompañada por una amiga caracterizada también como una joven adolescente, Lila comenzó a grabar estos vídeos con tan solo 18 años. Así llegó, en 2008, hasta el Bloomington Health Center de Planned Parenthood en Indiana. Haciéndose pasar por una niña de 13 años llamada Brianna, Rose explica a la enfermera que la recibe que se ha quedado embarazada.


-¿Cuántos años tienes?
-13.
-Entonces, necesito que tus padres firmen un impreso para autorizar el aborto.
-Pero no quiero que ellos sepan nada; si se enteran, querrán saber quién es el padre y todas esas cosas, y él tendría serios problemas.
-Ok, entiendo. No quiero saber cuántos años tiene él, ¿de acuerdo?
Con esta última frase, la enfermera de Planned Parenthood viola la ley del estado de Indiana que tipifica como delito grave las relaciones sexuales con menores de 16 años y que subraya que cualquiera que conozca la existencia de una relación sexual con un menor de 14 años tiene que poner los hechos en conocimiento de las autoridades “de forma inmediata”.


-¿Cómo dice?
-Que no quiero saber su edad; ¿de acuerdo?
-Bueno, pero él... bueno, no actúa mal, no es raro ni nada. Él se comporta como alguien más joven y yo como alguien mayor, así que lo nuestro funciona, está bien. Él ahora tiene 31 años.


Al escuchar la edad del supuesto novio, la enfermera se lleva las manos a la cabeza y recuerda a la joven que, en Indiana, todo aquel que conozca la existencia de una relación sexual con un menor de 14 años debe contactar con Protección de Menores. Pero continúa...


-No he oído la edad, ¿vale? No me has dicho su edad.
-Si digo solamente que el padre es un chico de mi edad, ¿no hay problema?
-Di que lo conoces del colegio, que no sabes muy bien quién es y problema resuelto. ¿Comprendes?


Y a continuación, la enfermera enseña a la joven Brianna un papel -“no puedo decirte nada sobre esto, pero te lo puedo enseñar”- con varias direcciones de centros de abortos; señala con una cruz una en concreto, en Illinois, donde la menor podrá abortar sin problemas. Después dibuja cruces al lado de la demás direcciones, para no dejar huellas de su proceder.


La Biblia


Lejos de ser una actuación aislada, la reacción de la enfermera de Bloomington responde a un patrón de comportamiento que repiten, en distintos centros de Planned Parenthood, diferentes trabajadores. En Indianápolis -“no me importa su edad. Si es sexo consentido, es tu decisión”-; en Tucson -“¿tiene 27 años? Que no te acompañe [al aborto]; no digas nada sobre su edad”-; en Phoenix -“su edad es cosa tuya, yo no estoy aquí para decirte no hagas esto o lo otro”-... y así hasta ocho clínicas visitadas.


Una conducta que acabó con la dimisión y, en algunos casos, el despido de las enfermeras o trabajadoras sociales que explicaron a las menores cómo burlar la ley para evitar el consentimiento paterno y que ignoraron el hecho de que, en Estados Unidos, una relación sexual entre un menor y un adulto es delito grave.


De la misma manera que ignoraron los hechos, relacionados en este caso con el tráfico sexual y la trata de mujeres, los trabajadores de Planned Parenthood en Minesota o Nueva Jersey, donde ampararon a un supuesto proxeneta al que recomendaron la mejor forma de someter a ‘sus chicas’ a chequeos de salud, abortos o anticoncepción sin despertar sospechas cuando fuera necesario.
En la clínica de Nueva Jersey, la responsable del centro, Amy Woodruff, atiende al supuesto proxeneta que se acerca hasta allí en enero de 2011.


-Me dedico al negocio del sexo y tengo varias chicas que... bueno, no sé si alguna de ellas me ha contagiado una enfermedad de transmisión sexual.
-Bien, podemos someter a las chicas a un examen ginecológico completo o solo al relacionado con las enfermedades de transmisión sexual. No hay problema.
-El problema es que algunas de ellas son... bueno, tienen 14 o 15 años y no hablan muy bien inglés porque no son de aquí...
-No hay problema. Aceptamos a menores sin el conocimiento de sus padres y a inmigrantes. No hay problema.


Después de explicar con detalle los servicios de contracepción que podrían ofrecer a las prostitutas y de orientar sobre el tipo de respuestas que deben dar ante preguntas incómodas sobre, por ejemplo, su actividad sexual -“cuidado con la edad. Que no digan que tienen 14 años, porque entonces tendríamos que dar parte”-, la responsable del centro se sumerge en la cuestión del aborto.


-Para abortos en chicas menores de 14... Bueno, para hacernos la vida más fácil a todos os daré un papel [les señala con rotulador el centro al que deben ir]... Aquí los protocolos son menos estrictos que los nuestros y... bueno, no preguntarán sobre su edad, ni identidad, ni nada parecido, ¿de acuerdo?


Y, para terminar la instrucción al proxeneta, Woodruff añade una última documentación.
-Este papel es mi Biblia, ¿sabéis? Es sobre los derechos de las menores. Antes de meteros en un problema, sabréis cómo actuar en determinadas circunstancias, ¿me entendéis?


De cintura para arriba


Se despide del proxeneta y la prostituta con una sonrisa, no sin antes recordarles que, si vuelven al centro, pregunten por ella o por Karen -“mi cómplice”- para tratar estas cuestiones. La última duda de los supuestos trabajadores del sexo evidencia la absoluta falta de escrúpulos de la trabajadora.


-¿Cuánto tiempo tiene que pasar tras el aborto antes de que las chicas puedan ser sexualmente activas?
-Como mínimo dos semanas.
-Y, durante ese tiempo... bueno, ¿pueden hacer otro tipo de cosas?, es decir, tienen que seguir ganando dinero, ya sabes.
-Ah, claro. Bueno... de cintura para arriba, ¿no? De cintura para arriba.


La emisión de este vídeo de Live Action supuso el despido inmediato de la trabajadora por parte de la multinacional abortista, que, sin embargo, con el paso del tiempo calificó las grabaciones de la plataforma provida de trampa de mal gusto. En un comunicado hecho público tras la emisión, no de uno, sino de varios episodios de trabajadores de Planned Parenthood encubriendo, al menos en apariencia, a los proxenetas, la multinacional aseguró que todos sus trabajadores habían cumplido con su deber y habían puesto en conocimiento de sus superiores todos los detalles relativos a la visita de los profesionales del sexo.


Según Planned Parenthood, pronto se sospechó de Live Action o de otros grupos antiaborto como responsables de esta “trampa para acabar con una organización que lleva décadas ayudando a las mujeres” y así se manifestó al FBI, que no dudó en abrir una investigación al respecto.
Pero Live Action, que continúa trabajando para desenmascarar a la que considera una empresa que engaña a la mujer y mata a seres indefensos, se pregunta: “Si sabían que era una trampa y actuaron correctamente, ¿por qué despidieron a la directora del centro de Nueva Jersey?”.


Sexo, mentiras y Scarlett Johansson


Tras el escándalo provocado por los vídeos de Live Action y la decisión de varios estados de dejar de financiar a Planned Parenthood, la multinacional lanzó a mediados de 2011 una millonaria campaña de prensa para conseguir apoyo social. Entre los rostros populares que se posicionaron a favor de la empresa abortista estuvo la actriz Scarlett Johansson: “Un cáncer sin detectar, una enfermedad de transmisión sexual sin tratar, miles de mujeres incapaces de acceder a los métodos anticonceptivos que necesitan para planificar su familia y ser dueñas de su destino...”. Ese es, según la actriz, el panorama que se dibuja si se retiran los fondos públicos a Planned Parenthood. Del aborto, ni una palabra. Tras mensajes como este, los responsables de Live Action comenzaron una nueva campaña, esta vez de llamadas telefónicas, con el propósito de demostrar que la única salud sexual de la multinacional es el aborto. 30 llamadas a 27 clínicas diferentes para pedir cita para una mamografía pusieron de manifiesto que, en Planned Parenthood, la salud de las mujeres importa menos de lo que ellos pretenden hacer ver: “No prestamos ese servicio”; “no tenemos máquina de mamografía”; “tiene que llamar a un centro de salud”... Solo el pasado año la empresa recibió más de 360 millones de dólares de los contribuyentes.



 http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/una-grabacion-camara-oculta-desvela-abortos-ilegales-un-centro-abortista-20

No hay comentarios:

Publicar un comentario