lunes, 30 de septiembre de 2013

Revolución en Río - JMJ Río 2013

Goya Producciones presenta este increíble DVD, con el que podrás recordar los mejores momentos de la JMJ en Río. Casi una hora de contenido audiovisual con un gran cantidad de extras, fotos, vídeos, canciones y la biografía del Papa Francisco.

Benedicto les convocó... y acudieron más de 3 millones.
Francisco les habló... y les "REVOLUCIONÓ".

Más de tres millones de jóvenes de todo el mundo respondieron ¡sí! con entusiasmo a la invitación del Papa: “¿quieren ser revolucionarios, ir contra corriente...?”.

Puedes comprarlo YA en el siguiente enlace. Los envíos se empezarán a realizar a partir del 8 de octubre.

Juan Pablo II y Juan XXIII serán proclamados santos el 27 de abril

La fecha de su canonización fue elegida por el papa Francisco durante el consistorio celebrado hoy junto con los cardenales y corresponde al primer domingo después de las celebraciones de la Semana Santa, cuando la Iglesia católica celebra la fiesta de la Divina Misericordia.


Una fiesta que instituyó el propio Karol Wojtyla tras hacer santa en el año 2000 a la monja polacaFaustina Kowalska, conocida como la santa Teresa de Jesús polaca.


La canonización del papa polaco ha llegado en tiempo récord, pero ha seguido todos los pasos marcados por la Iglesia.


Y es que la subida a los altares de Juan Pablo II, cuyo papado duró casi 27 años, fue casi por aclamación popular tras el "santo súbito" (santo ya) que resonó durante días en la Plaza de San Pedro del Vaticano.


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domingo, 29 de septiembre de 2013

Protagonistas los jóvenes

El martes 1 de octubre, se incorpora al programa "Protagonistas los jóvenes", un equipo de jóvenes de la Parroquia de Santa Úrsula, Tenerife, Canarias. Bajo el nombre de Somos Kerigma el equipo de voluntarios ofrecerá un programa juvenil en el que prima el dinamismo y la participación de la audiencia a través de canales como las redes sociales. Con la pretensión de dar voz a jóvenes católicos de toda España, en esta hora de radio recogerán el testimonio de jóvenes, que revisarán la doctrina católica o pondrán sobre la mesa la actualidad de nuestra Iglesia y las labores que realiza. Es un espacio abierto,  pensado por y para jóvenes, mostrando la faceta juvenil de la Iglesia y la actitud activa que como jóvenes debemos tomar ante la evangelización.


Se le dará bastante importancia a las redes sociales, usando el hastag #JóvenesEnLaFe pondrán comentar y participar en el programa. Puedes escuchar Radio María a través de la página web, en la TDT o en la frecuencia de radio de tu zona.


#JóvenesEnLaFe


PROTAGONISTA2

El Papa a los catequistas en el Año de la Fe: Custodiar y alimentar la memoria de Dios

Texto completo de la homilía del Santo Padre Francisco:

1. «¡Ay de los que se fían de Sión,... acostados en lechos de marfil!» (Am 6,1.4); comen, beben, cantan, se divierten y no se preocupan por los problemas de los demás.



Son duras estas palabras del profeta Amós, pero nos advierten de un peligro que todos corremos. ¿Qué es lo que denuncia este mensajero de Dios, lo que pone ante los ojos de sus contemporáneos y también ante los nuestros hoy? El riesgo de apoltronarse, de la comodidad, de la mundanidad en la vida y en el corazón, de concentrarnos en nuestro bienestar. Es la misma experiencia del rico del Evangelio, vestido con ropas lujosas y banqueteando cada día en abundancia; esto era importante para él. ¿Y el pobre que estaba a su puerta y no tenía para comer? No era asunto suyo, no tenía que ver con él. Si las cosas, el dinero, lo mundano se convierten en el centro de la vida, nos aferran, se apoderan de nosotros, perdemos nuestra propia identidad como hombres: miren bien, el rico del Evangelio no tiene nombre, es simplemente «un rico». Las cosas, lo que posee, son su rostro, no tiene otro.


Pero intentemos preguntarnos: ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo es posible que los hombres, tal vez también nosotros, caigamos en el peligro de encerrarnos, de poner nuestra seguridad en las cosas, que al final nos roban el rostro, nuestro rostro humano? Esto sucede cuando perdemos la memoria de Dios. "Ay de los que se fían de Sión", decía el profeta. Si falta la memoria de Dios, todo queda comprimido en el yo, en mi bienestar. La vida, el mundo, los demás, pierden consistencia, ya no cuentan nada, todo se reduce a una sola dimensión: el tener. Si perdemos la memoria de Dios, también nosotros perdemos la consistencia, también nosotros nos vaciamos, perdemos nuestro rostro como el rico del Evangelio. Quien corre en pos de la nada, él mismo se convierte en nada, dice otro gran profeta, Jeremías (Cf. Jr 2,5). Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, no a imagen y semejanza de de las cosas, de los ídolos.



2. Entonces, mirándoles a ustedes, me pregunto: ¿Quién es el catequista? Es el que custodia y alimenta la memoria de Dios; la custodia en sí mismo y sabe despertarla en los demás. Qué bello es esto: hacer memoria de Dios, como la Virgen María que, ante la obra maravillosa de Dios en su vida, no piensa en el honor, el prestigio, la riqueza, no se cierra en sí misma. Por el contrario, tras recibir el anuncio del Ángel y haber concebido al Hijo de Dios, ¿qué es lo que hace? Se pone en camino, va donde su anciana pariente Isabel, también ella encinta, para ayudarla; y al encontrarse con ella, su primer gesto es hacer memoria del obrar de Dios, de la fidelidad de Dios en su vida, en la historia de su pueblo, en nuestra historia: «Proclama mi alma la grandeza del Señor... porque ha mirado la humillación de su esclava... su misericordia llega a sus fieles de generación en generación» (Cf. Lc 1,46.48.50). María tiene memoria de Dios.



En este cántico de María está también la memoria de su historia personal, la historia de Dios con ella, su propia experiencia de fe. Y así es para cada uno de nosotros, para todo cristiano: la fe contiene precisamente la memoria de la historia de Dios con nosotros, la memoria del encuentro con Dios, que es el primero en moverse, que crea y salva, que nos transforma; la fe es memoria de su Palabra que inflama el corazón, de sus obras de salvación con las que nos da la vida, nos purifica, nos cura, nos alimenta. El catequista es precisamente un cristiano que pone esta memoria al servicio del anuncio; no para exhibirse, no para hablar de sí mismo, sino para hablar de Dios, de su amor y su fidelidad. Hablar y transmitir todo aquello que Dios ha revelado. La doctrina en su totalidad. Sin quitar ni agregar.



San Pablo recomienda a su discípulo y colaborador Timoteo sobre todo una cosa: Acuérdate, acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, a quien anuncio y por el que sufro (Cf. 2 Tm 2,8-9). Pero el Apóstol puede decir esto porque él es el primero en acordarse de Cristo, que lo llamó cuando era un perseguidor de los cristianos, lo conquistó y transformó con su gracia.



El catequista, pues, es un cristiano que lleva consigo la memoria de Dios, se deja guiar por la memoria de Dios en toda su vida, y la sabe despertar en el corazón de los otros. Esto requiere esfuerzo. Compromete toda la vida. El mismo Catecismo, ¿qué es sino memoria de Dios, memoria de su actuar en la historia, de su haberse hecho cercano a nosotros en Cristo, presente en su Palabra, en los sacramentos, en su Iglesia, en su amor? Queridos catequistas, les pregunto: ¿Somos nosotros memoria de Dios? ¿Somos verdaderamente como centinelas que despiertan en los demás la memoria de Dios, que inflama el corazón?



3. «¡Ay de los que se fían de Sión!», dice el profeta. ¿Qué camino se ha de seguir para no ser «superficiales», como los que ponen su confianza en sí mismos y en las cosas, sino hombres y mujeres de la memoria de Dios? En la segunda Lectura, san Pablo, dirigiéndose de nuevo a Timoteo, da algunas indicaciones que pueden marcar también el camino del catequista, nuestro camino: Tender a la justicia, a la piedad, a la fe, a la caridad, a la paciencia, a la mansedumbre (Cf. 1 Tm 6,11).



El catequista es un hombre de la memoria de Dios si tiene una relación constante y vital con él y con el prójimo; si es hombre de fe, que se fía verdaderamente de Dios y pone en él su seguridad; si es hombre de caridad, de amor, que ve a todos como hermanos; si es hombre de «hypomoné», de paciencia y de perseverancia, que sabe hacer frente a las dificultades, las pruebas y los fracasos, con serenidad y esperanza en el Señor; si es hombre amable, capaz de comprensión y misericordia.



Pidamos al Señor que todos seamos hombres y mujeres que custodian y alimentan la memoria de Dios en la propia vida y la saben despertar en el corazón de los demás. Amén.


http://www.news.va/es/news/el-papa-a-los-catequistas-en-el-ano-de-la-fe-custo

viernes, 27 de septiembre de 2013

Papa Francisco: “El catequista, testimonio de la fe”

Queridos catequistas, ¡buenas tardes!



Me alegra que en el Año de la fe se lleve a cabo para ustedes este encuentro: la catequesis es una columna para la educación de la fe, y ¡se necesitan buenos catequistas! Gracias por este servicio a la Iglesia y en la Iglesia. También a veces puede ser difícil, se trabaja tanto, se empeña y no se ven los resultados deseados, ¡educar en la fe es bello! Es quizás la mejor herencia que podemos dar: ¡la fe! Educar en la fe, para que esta crezca. Ayudar a los niños, a los muchachos, a los jóvenes, a los adultos a conocer y a amar cada vez más al Señor, es una de las aventuras educativas más bellas, ¡se construye la Iglesia! ¡“Ser” catequistas! No trabajar como catequistas, ¡eh! ¡Eso no sirve! Yo trabajo como catequista porque me gusta enseñar… pero tú no eres catequista, ¡no sirve! ¡No serás fecundo! ¡No serás fecunda! Catequista es una vocación: “ser catequista”, esa es la vocación; no trabajar como catequista. Entiendan bien, no he dicho “hacer” el catequista, sino “serlo”, porque envuelve la vida. Se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Recuerden aquello que Benedicto XVI nos ha dicho: “la Iglesia no crece por proselitismo. Crece por atracción”. Y eso que atrae es el testimonio. Ser catequista significa dar testimonio de la fe; ser coherente con la propia vida. Y esto no es fácil. ¡No es fácil! Nosotros ayudamos, nosotros guiamos hacia el encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Me gusta recordar aquello que San Francisco de Asís decía a sus frailes: “prediquen siempre el Evangelio y si fuese necesario también con las palabras”. Pero antes el testimonio: que la gente vea en sus vidas el Evangelio, pueda leer el Evangelio. Y “ser” catequistas requiere amor, amor a Cristo cada vez más fuerte, amor a su pueblo santo. Y este amor no se compra en las tiendas; no se compra ni siquiera aquí en Roma. ¡Este amor viene de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! Y si viene de Cristo parte de Cristo y nosotros debemos volver a partir desde Cristo, de este amor que nos da. Para un catequista, para ustedes, también para mí, porque también yo soy catequista ¿qué cosa significa este volver a partir de Cristo? ¿Qué cosa significa?



1.- Ante todo hablaré de tres cosas: uno, dos, tres, como hacían los viejos jesuitas… ¡uno, dos y tres! Antes que nada, volver a partir desde Cristo significa tener familiaridad con Él. Tener esta familiaridad con Jesús. Jesús lo recomienda con insistencia a los discípulos en la Última Cena, cuando se disponen a vivir con Él el don más alto de amor, el sacrificio de la Cruz. Jesús utiliza la imagen de la vid y de los sarmientos y dice: permanezcan en mi amor, permanezcan unidos a mí, como el sarmiento está unido a la vid. Si estamos unidos a Él podemos dar fruto, y ésta es la familiaridad con Cristo. ¡Permanecer en Jesús! Es un permanecer apegado a Él, dentro de Él, con Él, hablando con Él: pero, permanecer en Jesús.



La primera cosa, para un discípulo, es estar con el Maestro, escucharlo, aprender de Él. Y esto vale siempre, ¡es un camino que dura toda la vida, eh! Recuerdo, tantas veces en la diócesis, en la otra diócesis que tenía antes, de haber visto al final de los cursos en el seminario catequístico, a los catequistas que salían: “!tengo el título de catequista!”. Eso no sirve, no tienes nada: ¡has hecho un camino pequeñito, eh! ¿Quién te ayudará? ¡Esto vale siempre! No es un título, es una actitud: ¡estar con Él y dura toda la vida! Es un estar en presencia del Señor, dejarse mirar por Él. Yo les pregunto: “¿cómo están ustedes en presencia del Señor?” Cuando vas al Señor, miras el Tabernáculo, ¿qué cosa haces? Sin palabras… “Pero yo digo, digo, pienso, medito, siento…” ¡Muy bien! ¿Pero tú te dejas mirar por el Señor? ¡Dejarse mirar por el Señor! Él nos mira y esta es una forma de rezar. ¿Te dejas mirar por el Señor? “pero ¿cómo se hace?”. Mira el Tabernáculo y déjate mirar… ¡Es simple! “Es un poco aburrido, me duermo…”. ¡Duérmete! ¡Duérmete! Él te mirará lo mismo. Él te mirará lo mismo. ¡Pero estate seguro que Él te mira! Y esto es más importante que el título de catequista: es parte del ser catequista. Esto enardece el corazón, tiene encendido el fuego de la amistad con el Señor, te hace sentir que Él te mira verdaderamente, te es cercano y te quiere. En una de las salidas que he hecho, aquí en Roma, en una misa, se me acercó un señor, relativamente joven, y me dijo: “Padre, un gusto conocerlo. ¡Pero yo no creo en nada! ¡No tengo el don de la fe!”. Entendía que era un don… “¡No tengo el don de la fe! ¿Usted qué cosa me dice?”. “¡No te desconsueles. Él te quiere. Déjate mirar por Él! Nada más”. Y esto se los digo a ustedes. ¡Déjense mirar por el Señor! Entiendo que para ustedes no es tan fácil: especialmente para quien está casado y tiene hijos, es difícil encontrar un largo tiempo de calma. Pero, gracias a Dios, no es necesario, no es necesario que todos lo hagan de la misma manera, en la Iglesia hay variedad de vocaciones y variedad de formas espirituales; lo importante es encontrar la manera adecuada para estar con el Señor; y esto se puede, es posible en todo estado de vida. En este momento cada uno puede preguntarse: ¿cómo vivo yo este “estar” con Jesús? Esta es una pregunta que les dejo: “¿cómo vivo yo este estar con Jesús? ¿Este permanecer en Jesús?” ¿Tengo momentos en los que permanezco en su presencia, en silencio, me dejo mirar por Él? ¿Dejo que su fuego enardezca mi corazón? Si en nuestro corazón no existe el calor de Dios, de su amor, de su ternura, ¿cómo podemos nosotros, pobres pecadores, enardecer el corazón de los demás? ¡Piensen en esto, eh!



2. El segundo elemento es éste. Segundo: volver a partir de Cristo significa imitarlo en el salir de sí mismo e ir al encuentro del otro. Ésta es una experiencia hermosa, y un poco paradójica. ¿Por qué? Porque nos coloca al centro de la propia vida ¡Cristo se descentraliza! Mientras más te unes a Jesús y Él se vuelve el centro de tu vida, más Él te hace salir de ti mismo, te descentraliza y te abre a los otros. Este es el verdadero dinamismo de amor, ¡éste es el movimiento de Dios mismo! Dios es el centro, pero es siempre don de sí mismo, relación, vid que se comunica… Así nos transformamos si permanecemos unidos a Cristo, Él nos hace entrar en este dinamismo del amor. Pero siempre es don de sí, relación, vida que se comunica. Así también nosotros nos convertimos, si permanecemos unidos a Cristo, Él nos hace entrar en este dinamismo del amor. Donde hay verdadera vida en Cristo, hay apertura hacia el otro, hay salida de sí para ir al encuentro del otro en el nombre de Cristo. Y este es el trabajo del catequista: salir continuamente de sí por amor, para testimoniar a Jesús y hablar de Jesús, predicar a Jesús. Pero esto es importante porque lo hace el Señor: es precisamente el Señor que nos empuja a salir. El corazón del catequista vive siempre este movimiento de “sístole - diástole”: Unión con Jesús - encuentro con el otro. Son las dos cosas: yo me uno a Jesús y salgo al encuentro con los demás. Si falta uno de estos dos movimientos el corazón no late más, no puede vivir. Recibe como don el kerigma, y a su vez lo ofrece como don. Esta palabrita: don. El catequista es consciente que ha recibido un don, el don de la fe, y lo da como don a los otros. Y esto es hermoso… y por esto no se saca un porcentaje, ¿eh? ¡Todo lo que recibe, lo da! ¡Esto no es un negocio! ¡No es un negocio! Es don puro: don recibido y don transmitido. Y el catequista está allí, en este cruce de dones. Es así en la naturaleza misma del kerigma: es un don que genera misión, que empuja siempre más allá de nosotros mismos. San Pablo decía: «El amor de Cristo nos empuja», pero aquel “nos empuja” se puede traducir también “nos posee”. Y así: el amor te atrae y te envía, te toma y te dona a los demás. En esta tensión se mueve el corazón del cristiano, en particular el corazón del catequista. Preguntémonos todos: ¿es así que late mi corazón de catequista: unión con Jesús y encuentro con el otro? ¿Con este movimiento de “sístole y diástole”? Se alimenta en la relación con Él, pero ¿para llevarlo a los demás y no para retenerlo? Les digo una cosa: no entiendo cómo un catequista pueda quedarse quieto, sin este movimiento. ¡No entiendo!



3. Y el tercer elemento - tres - se encuentra siempre en esta línea: volver a partir de Cristo significa no tener miedo de ir con Él a las periferias. Aquí me viene a la mente la historia de Jonás, una figura verdaderamente interesante, especialmente en nuestros tiempos de cambios y de incertidumbres. Jonás es un hombre pío, con una vida tranquila y ordenada, esto lo lleva a tener sus esquemas bien claros y a juzgar todo y a todos con estos esquemas, de manera rígida. Tiene todo claro, la verdad es esta… ¡Es rígido!



Por eso cuando el Señor lo llama y le dice ir a predicar a Nínive, la gran ciudad pagana, Jonás no se siente capaz. “¡Ir allá! ¡Pero si yo tengo toda la verdad aquí! No se siente capaz… Nínive está fuera de sus esquemas, está en la periferia de su mundo. Y entonces escapa, huye, se va a España, se embarca en una nave que va por esos lados. ¡Vuelvan a leer el Libro de Jonás! Es breve, pero es una parábola muy instructiva, especialmente para nosotros que estamos en la Iglesia.



¿Qué cosa nos enseña? Nos enseña a no tener miedo de salir de nuestros esquemas para seguir a Dios, porque Dios va siempre más allá. Pero ¿saben una cosa? ¡Dios no tiene miedo! ¿Sabían esto ustedes? ¡No tiene miedo! ¡Está siempre más allá de nuestros esquemas! Dios no tiene miedo de las periferias. Por eso, si ustedes van a las periferias lo encontrarán allí. Dios es siempre fiel, es creativo. Pero por favor, no se entiende un catequista que no sea creativo. Y la creatividad es como la columna del ser catequista. Dios es creativo, no es cerrado, y por esto jamás es rígido, ¡Dios no es rígido! Nos acoge, nos viene al encuentro, nos comprende. Para ser fieles, para ser creativos, es necesario saber cambiar. Saber cambiar. ¿Y por qué debo cambiar? Es para adecuarme a las circunstancias en las que debo anunciar el Evangelio. Para permanecer con Dios en necesario saber salir, no tener miedo de salir. Si un catequista se deja llevar por el miedo, es un cobarde; si un catequista se está ahí tranquilo termina por ser una estatua de museo: ¡y tenemos tantas eh! ¡Tenemos tantas! ¡Por favor, ninguna estatua de museo! Si un catequista es rígido se vuelve acartonado y estéril. Les pregunto: ¿alguno de ustedes quiere ser cobarde, estatua de museo o estéril? ¿Alguno lo quiere? (catequistas ¡No!) ¿No? ¿seguro? ¡Bien! Pero lo que les diré ahora lo he dicho tantas veces. Pero me viene del corazón decirlo. Cuando nosotros cristianos estamos cerrados en nuestro grupo, en nuestro movimiento, en nuestra parroquia, en nuestro ambiente, permanecemos cerrados y nos pasa lo que le pasa a todo aquel que es cerrado: cuando una habitación está cerrada empieza el olor de humedad… y si una persona está encerrada en ese cuarto, ¡se enferma! Cuando un cristiano está cerrado en su grupo, en su parroquia, en su movimiento está cerrado, se enferma. Si un cristiano sale por las calles en las periferias, puede pasarle aquello que sucede a cualquier persona que va por la calle: un accidente… Tantas veces hemos visto accidentes de tráfico… pero les digo: ¡prefiero mil veces una iglesia accidentada y no una iglesia enferma! ¡Una iglesia, un catequista que tenga el valor de arriesgar para salir y no un catequista que sabe todo, pero cerrado siempre y enfermo.



Y a veces enfermo de la cabeza…
Pero ¡atención! Jesús no dice: vayan, arréglenselas. ¡No! ¡No dice eso! Jesús dice: ¡vayan, estoy con ustedes! Ésta es nuestra belleza y nuestra fuerza: si nosotros vamos, si nosotros salimos a llevar su Evangelio con amor, con verdadero espíritu apostólico, con parresia, Él camina con nosotros, nos precede, nos “primerea”. ¡El Señor siempre nos primerea! Ya han aprendido el sentido de esta palabra. ¡Y esto lo dice la Biblia eh! No lo digo yo. La Biblia dice, el Señor dice en la Biblia: “yo soy como la flor del almendro”. ¿Por qué? Porque es la primera flor que florece en la primavera. Él es siempre “primero”. ¡Él es primero! Esto es fundamental para nosotros: ¡Dios siempre nos precede! Cuando pensamos ir lejos, a una periferia extrema, y quizás tenemos un poco de temor, en realidad Él ya está allá: Jesús nos espera en el corazón de aquel hermano, en su carne herida, en su vida oprimida, en su alma sin fe. Pero ustedes saben, una de las periferias que me hace tanto mal, que siento dolor -la vi en la diócesis que tenía antes-, es aquella de los niños que no saben hacerse la señal de la cruz. En Buenos Aires hay tantos niños que no saben hacerse el signo de la cruz. Esta es una periferia ¡eh! Se necesita ir ahí. Y Jesús está allí, te espera para ayudar a ese niño a hacerse el signo de la cruz. Él nos precede siempre.Queridos catequistas, los tres puntos terminaron… ¡siempre volver a partir de Cristo! Les digo gracias por aquello que hacen, pero sobre todo porque están en la Iglesia, en el Pueblo de Dios en camino. Permanezcamos con Cristo, permanecer en Cristo, busquemos cada vez más de ser una cosa sola con Él; sigámoslo, imitémoslo en su movimiento de amor, en su ir al encuentro del hombre; y salgamos, abramos las puertas, tengamos la audacia de trazar nuevas vías para el anuncio del Evangelio. Que el Señor los bendiga y la Virgen los acompañe. ¡Gracias!


domingo, 22 de septiembre de 2013

This Time - Canción Provida que lo dice todo

John Elefante, ex miembro de la mítica banda de rock Kansas, mundialmente célebre en los años 70 y 80, ha producido e interpretado This time, un tema para animar a las jóvenes embarazadas que están pensando a abortar a dar a sus hijos la oportunidad de nacer.


John es padre adoptivo de una niña de 13 años, Sami, a quien ha dedicado sú última canción,This time, donde recoge la historia de la pequeña, cuya madre biológica estuvo a punto de abortarla.


"No puedo imaginar mi vida sin mi hija Sami, y me rompe el corazón que chicas jóvenes embarazadas, en vez de elegir la vida para sus niños como hizo su madre biológica, les nieguen el derecho a nacer"


Letra de "This time" (traducción española)
Se sentó en la fría sala de espera,
asustada y sola.
Miraba el tic tac del reloj
sabiendo que su niña pronto se habría ido.
Recostó la cabeza, confundida...
Tenía trece años.
Sintió una patada como recordatorio
de una vida que no podía enseñar al mundo.
Entonces escuchó una voz interior diciéndole "¡Sal corriendo!
¡Fue un error, pero no tires a tu hija!".


Entonces se quedó un poco dormida
y soñó con una niña pequeña.
Había una tarta de cumpleaños y tres velitas.
Ella vivía en otro mundo.
Vio a la pequeña convertirse en mujer
y vivir en un hogar feliz.
De repente la despertó
una voz que la llamó por su nombre.
Ellos dijeron: "No te preocupes, estarás bien.
Aún eres joven, vemos esto todos los días".

Justo entonces habló Dios:
"¡A ésta no os la vais a llevar! ¡Es mía!
Crecerá y buscará mi nombre.
¡No os la vais a llevar! ¡Es mía!
No os la llevaréis esta vez.
No, no os la llevaréis esta vez".

La tumbaron sobre una mesa.
Ella preguntó: "Por favor, ¿puedo hablar con una persona?"
Pero una obstinada mujer de mirada fría
dijo: "Tenemos que hacer esto".
Entonces ella lloró: "¡Señor, por favor, ayúdame!
¡Necesito un teléfono!
¡Tengo que llamar a mi madre
para que me ayuda a encontrar a mi niña en casa!"
Ellos dijeron: "No te preocupes, estarás bien.
Aún eres joven, vemos esto todos los días".

Justo entonces habló Dios:
"¡A ésta no os la vais a llevar! ¡Es mía!
Crecerá y buscará mi nombre.
No os la llevaréis esta vez.
Desde antes del inicio de los tiempos
su nombre está escrito en el Libro.
Ellos no tienen poder para arrebatarle la vida.
No se la van a llevar. ¡Es mía!
No os la llevaréis esta vez.
No, no os la llevaréis esta vez".

Esta vez...
No, no os la llevaréis esta vez.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Mandato cristiano en un Spot Comercial

En tres minutos, el vídeo cuenta la historia de un niño tailandés es cazado robado medicamentos para llevárselos a su madre. El dueño de un restaurante cercano ve todo y le paga al chico las medicinas. Además, le pide a su hija, una niña, que le prepare un poco de caldo de verduras para que se lo lleve. El pequeño ladrón sale corriendo. Pasan los años. Al tendero le da un infarto y su hija, ya adulta, se encuentra en el hospital con una factura de 18.000 euros. Un día, al despertarse, se encuentra con que la factura está pagada y una nota en la que pone "Todos los gastos pagados hace 30 años con tres paquetes de analgésicos y una sopa de verduras. Con mis mejores deseos, el doctor Prajak Arunthong".


Es decir, el niño había crecido, se había hecho médico y le había devuelto el favor al que le ayudó 30 años antes. Y acaba con el slogan "dar es la mejor comunicación" y el logo de la operadora.


El vídeo ha conseguido 5.700.000 reproducciones en menos de una semana gracias a su conmovedora historia. Como dijo el usuario que lo subió al foro Reddit refiriéndose a su irresistible superpoder: "si lloras al verlo, pierdes".

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Pide que se Revoque el Premio Nobel de la Paz a Obama y que lo reciba el Papa Francisco

En el sitio web Change.Org se están recogiendo actualmente firmas para pedir que le sea revocado el Premio Nobel de la Paz 2009 al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por su intención de intervenir militarmente Siria.


Los firmantes de la carta consideran “que el Papa Francisco debe recibir el Premio Nobel de la Paz, pues él realiza el mayor esfuerzo por lograr la fraternidadentre las naciones, busca abolir el uso de la fuerza militar y promueve escenarios de paz” lo cual, indicaron, para el comité que otorga el Premio Nobel es” un requisito indispensable para recibir ese galardón”.

Papa Francisco Nobel Paz

 

Por lo que se ha podido saber el Comité  Nobel del Parlamento de Noruega estudia la posibilidad de revocar este Premio a Obama.

Para firmar esta petición, puede ingresar a:http://www.change.org/es/peticiones/comit%C3%A9-nobel-del-parlamento-noruego-revoque-el-premio-nobel-de-la-paz-a-obama-y-que-lo-reciba-el-papa-francisco

martes, 10 de septiembre de 2013

Santi Rodríguez, humorista de «7 Vidas»: «He perdido oportunidades por ser católico»

Saltó a la fama gracias a una popular serie en la que interpretaba a un frutero misógino, racista y maleducado. Pero en las distancias cortas, nada tiene que ver con este personaje. “Santi, eres un actor estupendo”, le decimos. Le pasa muchas veces, nadie diría que es católico. Por manifestarlo públicamente, ha sido despreciado, pero dice que es un precio que ha pagado con gusto.


Por Ángeles Conde Mir / Revista Misión


FUE EDUCADO en el seno de una familia católica, vivió una conversión… ¿de dónde procede su fe?


Fundamentalmente de mis padres, en casa. Luego estuve en un colegio, Altocastillo, en Jaén, y gracias a ellos reforcé mi fe. Después empecé la carrera de Derecho y me olvidé de todo. Tras aquellos años “de lío”, volví a la fe porque me di cuenta de que algo fallaba en mi vida. Siempre pienso en eso de “mire, compare y, si encuentra algo mejor, ¡cómprelo!”. Yo, al ver y comparar, he “comprado” lo que me interesa más. He tenido experiencia de fe y hablo con conocimiento de causa.


Se declara católico de forma abierta pero, ¿medía antes más lo que decía?


Hay momentos en los que he ocultado mi fe en Dios, como san Pedro cuando canta el gallo, e incluso ¡más de tres veces! Yo lo hacía por un temor tonto, en realidad. No es que alardee de ser católico, pero siempre he luchado contra el hecho de tener que callarme. Las creencias religiosas de cada uno son un aspecto importante de la vida y no hay por qué ocultarlas. santi_rodriguez_peq

Artista y católico: ¿son dos conceptos excluyentes en nuestro país?


Incompatibles para muchos. Yo he sufrido esa intolerancia de manera tácita y expresa, hasta el punto de que he vivido el rechazo, y me consta que he perdido oportunidades por eso. En cierta ocasión, me preguntaron si me importaba que se me cerraran puertas por mis creencias religiosas y mi respuesta, casi sin pensarlo, fue que no me interesan las puertas que se cierran por esa causa. No las quiero tener abiertas porque hay muchas a las que llamar y yo puedo encargarme de buscarlas. En mi profesión se llega a hacer escarnio de quien tiene unas creencias religiosas. Me han llegado a decir: “Hay que ver, quién iba a pensarlo, ¡con lo bien que me caías!”


Su aparición en el IV Simposium de san Josemaría causó mucha sorpresa. 


¡Fue la bomba! No pertenezco a la Obra, pero gente cercana a mí, sí, por lo que me pidieron participar en el Simposium. No fue una decisión sencilla, pero la tomé como una forma de decir que no tengo miedo y que no pasa nada. Tuve que pagar un alto precio por participar en ello, pero lo he pagado gustoso. No ha servido para venirme abajo, como pretendían algunos, sino para reforzarme más en mi fe.


Hubo represalias, ¿no es cierto? 


Me resultó muy chocante que haya gente que defiende una serie de libertades y que, al mismo tiempo, ataque de forma activa a quienes piensan de un modo distinto. Me han atacado con llamadas de teléfono a horas intempestivas, con amenazas de muerte a través de Twitter... En aquel momento me dejé vencer y cerré mi perfil de la red social, pero luego pensé que no tenía por qué cerrar mi cuenta ni someterme a amenaza alguna. Me ha costado perdonar porque hicieron muchísimo daño, sobre todo, a mi familia. Me apoyé mucho en la fe para superar aquel momento y también me ayudó el apoyo de mucha gente en Twitter. Me llegaron testimonios, incluso de personas ateas, que aplaudían mi forma de actuar. Yo intento ponerme en la piel del otro y me pregunto qué hay en mis creencias que genera esa animadversión, si lo único que intento es ser humilde y ayudar a los demás. Pero Twitter también me ha dado muchas alegrías. He ayudado a gente, tengo muchos amigos y he podido evangelizar en la Red.


¿Cómo da usted ese testimonio?


Con palabras y con obras. Soy de la opinión de que el movimiento se demuestra andando. Intento ayudar a mucha gente y, aquellos a quienes ayudo son conscientes de que lo hago fundamentalmente por mi fe. Por ejemplo, colaboro activamente con el síndrome de Down. Cada vez que puedo, intento sacar partido a mi poder de convocatoria en beneficio de los demás.


Y en casa, ¿educa a sus hijas en la fe?


Sí, les inculcamos una educación católica. Por las noches, siempre rezamos con ellas y están matriculadas en un colegio religioso. Además de rezar, intentamos darles ejemplo de cómo actuar. Por ejemplo, en cosas tan sencillas como evitar las peleas o en ayudar a algún niño un poco desplazado en el colegio.


¿Qué supone la familia en su vida?


Para mí es imprescindible y fundamental. Cuando oigo ciertos comentarios referentes a la familia, a cómo los católicos entendemos la unidad familiar, y veo además qué poca importancia se le da y cómo se maltrata, cómo algunas personas se cargan la que tienen por un pronto… sé que fácil no es, pero las cosas que tienen valor, cuestan.


Vive en Jaén y trabaja en Madrid los fines de semana, ¿es una separación agridulce?


Sí, es complicado. A veces se vienen mi mujer y mis hijas conmigo y cuando no, pasamos el día hablando por teléfono. Hemos asumido un poco la rutina, pero lo que llevo peor es tener la certeza de que a mis hijas les perjudica que su padre no esté en ciertos momentos.


La fama le llegó con la serie 7 vidas, ¿cómo asimiló el éxito?


Relativamente bien. Yo llevaba toda mi vida luchando por ello y lo llevé bien porque tengo unos cimientos buenos. Pero a veces sucumbes al halago fácil y falso. Cuando lo ves desde fuera, te das cuenta de que no es verdad  y de que no debes dejarte llevar.


¿Y hubo tentaciones?


Muchas, fundamentalmente, dos. En lo material, porque ganas mucho dinero y tienes acceso a muchas cosas; y, a nivel psíquico, porque te puedes creer el rey del mundo. En ese momento de mi vida, había empezado mi retorno a la fe y eso me ayudó mucho. Había una semilla muy bien puesta que brotó en el momento justo.


¿Puede enloquecer la falta de éxito?


Si mi familia no me hubiera acompañado en los momentos de fracaso, hubiera vivido un completo infierno. Por eso no entiendo que haya gente que no solo no valora a la familia, sino que intenta cargársela con muchas artimañas. Mi familia me ayudó a base de cariño, sobre todo, mis hijas.


¿Por qué eligió ser cómico?


Yo era un niño muy acomplejado y me moría de vergüenza cada vez que llegaba a un sitio donde no conocía a nadie. Me aprendí un chiste y, cuando empecé a contarlo, vi que hacía reír. Después descubrí la maravillosa sensación que produce lo que hago. Me cuesta ver a alguien pasando un mal rato, por eso, mi profesión es una manera maravillosa de echar una mano a los demás.


¿Se tomaron bien en casa eso de “Papá, quiero ser artista”?


¡Uf! (risa) Fue horroroso, lo ensayé mil veces. Pero mis padres me sorprendieron muy gratamente, como en otras mil ocasiones en las que me siguen sorprendiendo. Un día, le eché valor y se lo dije a mi padre. Le pedí que por lo menos me permitiera probar si llevaba razón o no. Cuál fue mi sorpresa cuando llegué a casa y me encontré con unos libros de Stanislavski (un teórico de teatro) que me había comprado y que, además, le habían costado “una pasta”. Fue una demostración de amor por parte de mi padre y una  forma de mostrarme su apoyo. Tiempo después, al verme en una muestra de teatro clásico, mi padre reconoció que yo tenía razón. Los padres siempre quieren lo mejor para ti. Al fin y al cabo, mi padre es un hombre inteligente y se dio cuenta de que, ante todo, lo que hay que hacer es buscar la felicidad.


¿Eso hace usted, procurar la felicidad de los demás haciéndoles reír?


Cuando haces cosas desinteresadas te lo agradecen, pero, en realidad, puede ser un ejercicio egoísta que produce muy buena sensación. En los espectáculos intento respetar cuestiones que, por ejemplo, a mí no me han respetado. Por eso, toco de soslayo la política y muy en líneas generales, para que ni de un lado ni de otro se ofendan. Por supuesto, tampoco hablo de religión. Considero que hay que ser más inteligente. Soy muy normal y lo que cuento es lo que le pasa a cualquier persona corriente, para que el espectador se sienta identificado con lo que cuento.


¿El público responde porque nos hace falta reír?


Muchísimo, pero ahora más que nunca. A veces cuesta mucho trabajo, pero hay que ejercitarlo para intentar ver lo mejor de las cosas. A lo mejor no hay mucho bueno pero hay que procurar ver lo menos malo.


Genio y figura


Un libro: la Biblia. 


Un cómico: Miguel Gila.


Un lugar: mi casa.


Una figura histórica: Jesucristo.


Un día para recordar: dos, cuando nacieron mis hijas; Susana, 11 años, y Victoria, 12 años.


Un trabajo que le haya marcado especialmente: 7 vidas.


Algo que siempre lleva consigo: hasta hace dos días, llevaba al cuello una cruz tau, pero se me rompió el cordón. También llevo siempre una medalla de la Virgen del Camino, la patrona de León, de donde es mi padre.

domingo, 8 de septiembre de 2013

El Renault 4 del Papa, un regalo de un párroco de Verona

El Papa Francisco apareció el sábado antes de la Vigilia de oración por la paz en un viejo «Cuatro Latas», el popular modelo Renault 4 que comenzó a fabricarse en 1961 y que dejó de producirse hace ya más de 20 años.


¿Por qué este coche?


El coche pertenecía a Don Renzo Zocca, sacerdote que va a cumplir 70 años, llegó de joven a una región de verona donde trabajo pastoralmente en zonas de periferia ayudando a jóvenes del mundo de la drogadicción y situaciones de pobreza. El coche fue un regalo del vicepresidente del club de fútbol de verona para su trabajo en la periferia. El párroco lo había mantenido con sus revisiones y cuidados, además tenía mucho cariño al coche que nunca le había dejado votado. Escuchando al Papa Francisco y su invitación a la renovación e ir a la periferia. Le escribe una carta con el deseo de compartir su experiencia. Un día recibe una llamada y al otro lado del teléfono estaba el Papa Francisco.


35 minutos de conversación en la que el cura, que se había quedado sin palabra, le contó su experiencia y le confirmó su deseo de regalarle el renault 4. El Papa le dijo que se lo diera a los pobres, pero el cura sostuvo que ya había prestado muchos servicios a los más vulnerables y ahora quería regalarlo al Papa. Francisco busca un día en su agenda para poderle recibir y le da varios días como alternativa, el cura le pide que espere para consultar su agenda también, aunque al momento se da cuenta de lo que está haciendo y responde rápidamente ok al 7 sept a quince horas.


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Se prepara el coche y para Roma junto a cien parroquianos. Allí por motivos de seguridad no pueden entrar todos. Los que lo hacen son recibidos por el Papa que sale de Santa Marta y abraza al párroco: les escucha y cuando es informado que la mitad de la expedición quedó en una de las puertas del Vaticano les dice,  "¡Entonces, vámonos!". Se suben al coche, con el Papa en el lugar del copiloto y por el medio de vaticano van al encuentro de los otros peregrinos.


Felices y sorprendidos reciben al Papa todos. Volvieron a entrar a la sala de audiencias privadas y antes de dejarlos el papa le dijo al párroco que le escribiera, le entregó las llaves al papa francisco, el cual le recordó que él también tuvo un renault cuatro y que nunca le falló. El papa se puso al volante, con total naturalidad y se alejo.


Esta noticia ha sido extraída de la siguiente página: http://www.famigliacristiana.it/articolo/la-renault-4-del-papa-300-mila-chilometri-di-carita.aspx


 

viernes, 6 de septiembre de 2013

La fe es la que ilumina en nuestra vida, también en la universidad.

En la mañana de este viernes se ha celebrado en la capilla de la universidad,  la Eucaristía con motivo del inicio de curso. Han acudido más de medio centenar de personas entre estudiantes y profesores. Ha sido una ocasión bonita para pedir que el Espíritu Santo nos iluminara en este curso a cada uno en su realidad, como profesor y como estudiante, sin olvidar que la fe es la que ilumina nuestra vida y la que la hace distinta para con los demás.

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jueves, 5 de septiembre de 2013

Jóvenes: ¿tienen ustedes la valentía de asumir este reto? ¿Se animan para ser esta fuerza de amor y de misericordia que tiene el coraje de querer cambiar el mundo?

«Queridos hermanos y hermanas:Aunque ya ha pasado más de un mes, quisiera recordar en la catequesis de hoy la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. En primer lugar, doy gracias a Dios y a Nuestra Señora de la Aparecida por las gracias alcanzadas. También quiero agradecer a los brasileños, a sus autoridades, a sus parroquias y a las familias, su fraternal acogida. Para resumir esta experiencia, les propongo tres palabras: La primera es acogida, que crea vínculos de amistad, que perduran sobre todo en la oración. La segunda es fiesta, fiesta con los hermanos, pero, sobre todo, fiesta con el Señor: Juntos hemos rezado, adorado; ha sido una fiesta de la fe. Y, finalmente la tercera: misión. Jesús envía a los discípulos: «Vayan», salgan de ustedes mismos, y lleven la luz y el amor a las periferias de la existencia. Y añade: «Yo estaré con ustedes». Sin Él no podemos hacer nada; con Él, cualquier joven puede ser una esperanza para Dios, y para los demás: ¿Quieren ser esa esperanza? ¿Se atreven a transformar el mundo, a hacerlo más justo y más hermoso? La Jornada Mundial de la Juventud nos recuerda la gran noticia de la historia: que somos amados por Dios y Jesús ha venido a salvarnos.

Traducción completa del texto de la catequesis del Papa en italiano

Reanudamos el camino de las catequesis, después de las vacaciones de agosto, pero hoy quiero contarles acerca de mi viaje a Brasil, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Ha pasado más de un mes, pero creo que es importante volver sobre este evento, pues la distancia de tiempo permite captar mejor el sentido.



En primer lugar quiero dar las gracias al Señor, porque Él lo guió todo con su providencia. ¡Para mí, viniendo de las Américas, fue un bonito regalo! Y por ello agradezco también a Nuestra Señora de Aparecida, que acompañó todo este viaje: hice la peregrinación al gran santuario nacional de Brasil, y su venerada imagen estaba siempre presente en el escenario de la JMJ. Estaba muy feliz por eso, porque Nuestra Señora de Aparecida es muy importante para la historia de la Iglesia en Brasil, pero también para toda América Latina; los Obispos latino-americanos y del Caribe en Aparecida vivimos una Asamblea General, con el Papa Benedicto: una etapa muy importante del camino pastoral en aquella parte del mundo en la que vive la mayor parte de la Iglesia católica.



Aunque ya lo he hecho, quiero renovar mi agradecimiento a todas las autoridades civiles y eclesiásticas, a los voluntarios, a la seguridad, a las comunidades parroquiales de Rio de Janeiro y de otras ciudades en Brasil, donde los peregrinos fueron recibidos con gran fraternidad. De hecho, la acogida de las familias brasileñas y de las parroquias fue una de las características mas bonitas de esta JMJ. Buena gente estos brasileños. Tienen un corazón muy grande. La peregrinación siempre implica inconvenientes, pero la acogida ayuda a superarlos y, de hecho, los transforma en ocasiones para el conocimiento y la amistad. Nacen lazos que luego, se mantienen, sobre todo en la oración. También así crece la Iglesia en todo el mundo, como una red de verdaderos amigos en Jesucristo, una red que te prende y a la vez te libera. Así pues, acogida, esta es la primera palabra que surge de la experiencia del viaje a Brasil.



Otra palabra clave puede ser fiesta. La JMJ es siempre una fiesta, porque cuando una ciudad está llena de chicos y chicas que vagan por las calles con banderas de todo el mundo, saludándose, abrazándose, esto es una verdadera fiesta. Es una señal para todos, no sólo para los creyentes. Pero después está la fiesta más grande que es la fiesta de la fe, cuando alabamos al Señor juntos, cantando, escuchando la Palabra de Dios, permaneciendo en silencio de adoración: todo esto es la culminación de la JMJ, es el verdadero propósito de esta peregrinación, y se vive de una manera particular en la gran Vigilia del sábado por la noche y en la Misa final. Ésta es pues la gran fiesta, la fiesta de la fe y de la fraternidad, que inicia en este mundo y que no tendrá fin. ¡Pero esto sólo es posible con el Señor! Sin el amor de Dios no hay verdadera fiesta para el hombre!



Acogida, fiesta. Pero no puede faltar un tercer elemento: la misión. Esta JMJ se caracterizó por un tema misionero: "Vayan y hagan discípulos de todas las naciones”. Hemos oído la palabra de Jesús: es la misión que nos ha dado a todos. Es el mandato de Cristo resucitado a sus discípulos: ¡"Vayan”, salgan de si mismos, de toda cerrazón para llevar la luz y el amor del Evangelio a todos, hasta las extremas periferias de la existencia! Y fue precisamente ese mandato de Jesús que he confiado a los jóvenes que llenaban la inmensa playa de Copacabana. Un lugar simbólico, la orilla del océano, que parecía sugerir la orilla del lago de Galilea. Sí, porque aún hoy en día el Señor repite: " Vayan... " y agrega: " Yo estoy con vosotros, todos los días ...". Esto es fundamental !Sólo a través de Cristo podemos llevar el evangelio. Sin Él no podemos hacer nada - nos lo ha dicho Él mismo ( cf. Jn 15,5). Con él, en cambio, unidos a Él, podemos hacer mucho. Incluso un chico, una chica, que a los ojos del mundo cuenta poco o nada, ante los ojos de Dios es un apóstol del Reino, ¡es una esperanza para Dios! A todos los jóvenes quisiera preguntar con fuerza: ¿Quieren ser una esperanza para Dios? ¿Quieren ser una esperanza para la Iglesia? Un joven corazón que acoge el amor de Cristo, se convierte en esperanza para los otros, ¡es una fuerza inmensa! ¡Vosotros chicos y chicas, todos los jóvenes deben transformarse en esperanza! Abran las puertas hacia un mundo nuevo de esperanza. Ésta es su misión ¿Quieren ser esperanza para todos nosotros? Pensemos en lo que significa aquella multitud de jóvenes que han encontrado a Cristo resucitado, en Río de Janeiro, y llevan su amor en la vida de cada día, lo viven, lo comunican. No terminan en los periódicos, porque no cometen actos violentos, no hacen escándalos, y por lo tanto no son noticia. Pero si permanecen unidos a Jesús, construyen su Reino, construyen fraternidad, comparten obras de misericordia, ¡son una fuerza poderosa para que el mundo sea más justo y más hermoso, para transformarlo! Pido ahora a los chicos y chicas: ¿tienen ustedes la valentía de asumir este reto? ¿Se animan para ser esta fuerza de amor y de misericordia que tiene el coraje de querer cambiar el mundo?



Queridos amigos, la experiencia de la JMJ nos recuerda la verdadera y gran noticia de la historia, la Buena Nueva, a pesar de que no aparece en los periódicos y en la televisión: somos amados por Dios, que es nuestro Padre y que envió a su Hijo Jesús para que estuviera cerca de cada uno de nosotros y nos salve. A salvarnos y a perdonarnos todo, porque Él siempre perdona. Porque Él es bueno y misericordiosos. Acordaos: acogida, fiesta, misión: tres palabras. Que estas palabras no sean solo un recuerdo de lo que sucedió en Río, sino que sean el alma de nuestra vida y la vida de nuestras comunidades. Gracias.


http://www.news.va/es/news/jmj-con-cristo-acogida-fiesta-y-mision-por-un-mund

domingo, 1 de septiembre de 2013

“Nunca más la guerra”, llamamiento del Papa a la hora del ángelus

Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!


Hoy, queridos hermanos y hermanas, quisiera hacerme intérprete del grito que sube de todas partes de la tierra, de todo pueblo, del corazón de cada uno, de la única gran familia que es la humanidad, con angustia creciente: ¡es el grito de la paz! El grito que dice con fuerza: ¡queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz, queremos que en nuestra sociedad, destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz; nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que debe ser promovido y tutelado.


Vivo con particular sufrimiento y preocupación las tantas situaciones de conflicto que hay en nuestra tierra, pero, en estos días, mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por los dramáticos desarrollos que se presentan.


Dirijo un fuerte llamamiento por la paz, ¡un llamamiento que nace de lo íntimo de mí mismo! ¡Cuánto sufrimiento, cuánta devastación, cuánto dolor ha traído y trae el uso de las armas en aquel martirizado país, especialmente entre la población civil e inerme! ¡Pensemos en cuantos niños no podrán ver la luz del futuro! Con particular firmeza condeno el uso de las armas químicas: les digo que tengo aún fijas en la mente y en el corazón las imágenes terribles de los días pasados! ¡Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones al que no se puede escapar! Jamás el uso de la violencia lleva a la paz. ¡Guerra llama guerra, violencia llama violencia!


Con toda mi fuerza, pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de su propia conciencia, que no se cierren en sus propios intereses, sino que miren al otro como un hermano y emprendan con coraje y con decisión la vía del encuentro y de la negociación, superando la ciega contraposición. Con la misma fuerza exhorto también a la Comunidad Internacional a hacer todo esfuerzo para promover, sin ulterior demora, iniciativas claras por la paz en esa nación, basadas en el diálogo y en la negociación, por el bien de la entera población siria.


Que no se ahorre ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a quien está afectado por este terrible conflicto, en particular a los evacuados en el país y a los numerosos prófugos en los países vecinos. Que a los agentes humanitarios, empeñados en aliviar los sufrimientos de la población, se les asegure la posibilidad de prestar la ayuda necesaria.


¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Como decía el Papa Juan: a todos nos corresponde la tarea de recomponer las relaciones de convivencia en la justicia y en el amor (Cfr. Carta encíclica, Pacem in terris [11 abril de 1963]: AAS 55 [1963], 301-302).


¡Que una cadena de empeño por la paz una a todos los hombres y a las mujeres de buena voluntad! Es una invitación fuerte y urgente que dirijo a la entera Iglesia Católica, pero que extiendo a todos los cristianos de las demás Confesiones, a los hombres y mujeres de toda religión y también a aquellos hermanos y hermanas que no creen: la paz es un bien que supera toda barrera, porque es un bien de toda la humanidad.


Repito con voz alta: no es la cultura del enfrentamiento, la cultura del conflicto la que construye la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino la cultura del encuentro, la cultura del diálogo: éste es el único camino hacia la paz.


Que el grito de la paz se eleve alto para que llegue al corazón de todos y todos dejen las armas y se dejen guiar por el anhelo de paz.


Por esto, hermanos y hermanas, he decidido convocar para toda la Iglesia el próximo 7 de septiembre, víspera de la fiesta de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio, y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta iniciativa, según el modo que considerarán más oportuno, a los hermanos cristianos no católicos, a los pertenecientes a las demás religiones y a los hombres de buena voluntad.


El 7 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, aquí, desde las 19.00 y hasta las 24.00, nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia para invocar de Dios este gran don para la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo.


¡La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de escuchar palabras de esperanza y de paz! Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir este día de ayuno, organicen algún acto litúrgico según esta intención.


A María le pedimos que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del amor.


Ella es Madre: que Ella nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. Ayúdanos, María, a superar también este momento difícil y a empeñarnos a construir cada día y en todo ambiente una auténtica cultura del encuentro y de la paz.


María, Reina de la paz, ¡ruega por nosotros!


Todos: María, Reina de la paz, ¡ruega por nosotros!


Papa Francisco, Ángelus 1 de septiembre

Tres razones para cerrar la boca

La predicación del padre Alberto Linero, colombiano, es tan vehemente como certera. Olvidamos a menudo lo que dijo Jesucristo: «Lo que sale de la boca es lo que contamina al hombre» (Mt 15, 11). Mucho mal viene de aparcar este principio en nuestra vida.