miércoles, 18 de enero de 2012

El obispo de Córdoba: «Los medios y algunas escuelas incitan continuamente a la fornicación»


En su misiva "Huid de la fornicación", monseñor Fernández señala que "el Evangelio de Jesucristo tiene repercusiones en todos los ámbitos de la persona, también en el campo de la sexualidad", ya que ésta, "vista con ojos limpios, es el lenguaje y la expresión del amor verdadero, de un amor que no busca sólo su interés y su satisfacción, sino que es donación, entrega. Un amor que busca la felicidad del otro y que está dispuesto al sacrificio y a la renuncia. Un amor que tiene su ámbito y su cauce en el matrimonio estable y bendecido por Dios".

La castidad humaniza
El prelado explica que "la castidad es la virtud que educa la sexualidad, haciéndola humana y sacándola de su más brutal animalidad. Cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en armonía con los demás, evitando toda provocación o violencia. La castidad viene protegida por el pudor".

En cambio, continúa Fernández, "cuando la sexualidad está desorganizada, es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo. Y esto sea dicho para todos los estados de vida: para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que ha de saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico, para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro y oblativo".

"Virgen a los 30"
Más adelante, el obispo alude a la reciente publicación de un libro, "en el que una candidata a Miss Venezuela explica su experiencia con un título que lo dice todo: ´Virgen a los 30´. Precisamente, no alcanzó el título al que se presentaba por no aceptar la propuesta de la fornicación, que al parecer era una condición (no escrita) del concurso". El libro, constata el obispo, "se ha convertido en ´bestseller´ entre los jóvenes y las jóvenes de su entorno, de nuestro tiempo".

Así, prosigue, "es posible llegar virgen al matrimonio, aunque el ambiente no sea favorable. Es posible vivir una consagración total, de alma y cuerpo, al Señor como una ofrenda al Señor que beneficia a los demás. Es posible ser fiel al propio marido, a la propia mujer" . Paar ello, precisa, "la gracia de Dios es capaz de organizar nuestra sexualidad humana y hacerla progresivamente capaz de expresar el amor más auténtico, el único que hace feliz a toda persona humana".



ReL


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