lunes, 2 de enero de 2012

La izquierda española, la Iglesia Católica y los olvidos de César Vidal


 


¿Ser católico o protestante es una cuestión psicológica?


Para empezar, Vidal empieza afirmando que “la izquierda española no es sino un retrato en negativo de la estructura mental de la iglesia católica”. Pero en el mismo párrafo, el presentador de esRadio asegura lo siguiente: “la estructura mental de ambas instancias resulta muy similar”. Si para César Vidal el negativo de algo es muy similar a su positivo, debo suponer que considera muy similares el día y la noche, la luz y la oscuridad, el bien y el mal o la alegría y la tristeza, por ejemplo. Pero lo que más me choca es el mismo concepto de “estructura mental”, que Vidal no se molesta en explicar. ¿Pensará este señor que la diferencia entre católicos y protestantes es también psicológica? En fin…


¿Para Vidal el respeto por la vida no es una cuestión fundamental?


Siguiendo con sus contradicciones, y como ya he señalado, Vidal atribuye a la Iglesia Católica y a la izquierda española una “coincidencia de criterios en cuestiones fundamentales”… y lo hace en el mismo párrafo en el que expone el tema del aborto o la religiosidad como claras diferencias entre ambas. Sin embargo, César Vidal resta importancia a esas cuestiones diciendo que “no tienen nada que ver con lo que yo sostengo” y se limita a catalogarlas como “posiciones sobre cuestiones concretas” que él califica como “diferentes”. Aquí hay algo que me deja ciertamente atónito: ¿para Vidal la defensa del primero de los derechos humanos y el rechazo al hecho religioso no entran en las “cuestiones fundamentales”? ¿En serio nos quiere convencer de que defender la vida o promover la eliminación de los más inocentes e indefensos son meras diferencias? En fin, es que no salgo de mi asombro…


Vidal olvida hablar, otra vez, de lo que hacen las iglesias protestantes


También afirma Vidal: “tanto la iglesia católica como la izquierda española comparten un serio complejo de hiperlegitimidad. Si la primera es la única Iglesia, la segunda es la única Política. En España, por ejemplo, la expresión “la Iglesia”, a diferencia de lo que sucede en el mundo civilizado, siempre se refiere a la iglesia católica y nunca va adjetivada. Las otras entidades –sean ortodoxos, reformados o bautistas– no son iglesias y no merecen tal calificativo por definición. Suerte tienen si no los califican de sectas.” Tiene gracia leerle esto a un protestante. Aquí tenéis cómo se titulan a sí mismas las iglesias protestantes de los siguientes países (incluyo los enlaces a sus webs oficiales):



¿Será que todos estos países luteranos no son “civilizados” según el criterio que aplica Vidal a los católicos españoles? Obvia decir que referirse coloquialmente a la confesión cristiana mayoritaria en un país como “la Iglesia” no es un acto de economía del lenguaje exclusivo de la incivilizada España, sino que también se da en la mayoría de los países en los que triunfó el protestantismo. Caso peculiar es el irlandés, por cierto: en el Eire la “Iglesia de Irlanda” ni siquiera es la confesión mayoritaria -lugar que ocupa la Iglesia Católica-, pese a lo cual dicha rama de la Iglesia anglicana sigue ostentando ese título aunque, eso sí, en sus templos no admite la bandera tricolor de la República de Irlanda: sólo la Bandera de San Patricio, que es la que agrada a la corona británica.


La Iglesia Católica propone, la izquierda impone y Vidal no lo distingue


Redundando en esa tesis de la “coincidencia de criterios en cuestiones fundamentales” entre la Iglesia Católica y la izquierda española, Vidal dice: “La supuesta discusión ideológica o teológica tan sólo encierra el combate encarnizado por determinadas zonas de poder.” ¿Está dando a entender que cuando la Iglesia, por ejemplo, defiende a los no nacidos lo hace para hacerse con el poder? En fin, en sus últimos artículos don César está demostrando una cierta paranoia hacia los católicos, como si para él fuésemos la personificación de todos los males habidos y por haber, pero me parece insultante que juzgue de forma tan burda e injusta a una institución que precisamente se viene destacando como un freno ante los abusos de poder. En esto César Vidal sí que parece haberse contagiado del enorme prejuicio anticatólico que ha manifestado la izquierda española durante el mandato de Zapatero.


Vidal llega al extremo de acusar a la Iglesia Católica -y en esto calca a la progresía- de “un deseo irresistible por controlar la vida de los demás”. Antes bien, la Iglesia Católica propone un estilo de vida que considera mejor que otros, y que cada uno asume o no en el ejercicio de su libertad. Insisto en el verbo: lo propone, no lo impone. El propio Juan Pablo II lo expuso claramente en su última visita a España en 2003: “La verdad se propone, no se impone”. Ahí radica una de las más radicales diferencias entre la Iglesia Católica y la izquierda española, diferencia que por lo visto se le ha escapado a César Vidal, empeñado como está en ajustar a martillazos la realidad a sus particulares moldes ideológicos y religiosos.


Vidal se olvida de las conversiones forzadas en las iglesias protestantes


Ese empeño de Vidal por subordinar la realidad a sus prejuicios le lleva también a olvidar otras cosas. Por ejemplo, tras acusar a la Iglesia Católica de luchar por el poder, dice que eso “ha ocasionado una figura tan específica de nuestra cultura como es el converso”. ¿Específica de nuestra cultura? El 13 de diciembre ya expuse aquí algunos casos de conversión forzada y en masa al protestantismo. Así lo hizo Gustavo I de Suecia en la primera mitad del siglo XVI, cuando impuso el protestantismo a sus súbditos. Cristián III hizo lo mismo en Dinamarca y Noruega en 1536. Enrique VIII y su hija Isabel I hicieron otro tanto en Inglaterra. En otros países, como Holanda, Suiza e Irlanda, los católicos padecieron una brutal persecución a manos de calvinistas y puritanos. Me parece una enorme manipulación de la historia que César Vidal silencie todo eso simplemente para atribuir en exclusiva a los católicos españoles algo que se daba en casi toda Europa.


César Vidal atribuye las días festivos católicos españoles a Franco


César Vidal también afirma: “Una de las primeras –y muchísimas– concesiones arrancadas por los obispos a Franco fue la de que las fiestas católicas tuvieran carácter nacional.” Pero ¿este hombre se da cuenta de lo que escribe? España ya era un país mayoritariamente católico siglos antes de que naciese Franco. A modo de ejemplo, la fiesta de la Inmaculada se celebra en España desde mediados del siglo XVII. El día de Navidad es una fecha festiva no sólo en España sino también en otros países católicos y también protestantes desde hace mucho tiempo. En Estados Unidos la declaró fiesta nacional en 1870 el cristiano metodista Ulysses S. Grant, que no me consta que guarde parentesco alguno con el general ferrolano. Sí que hay que decir que los puritanos -por los que siente tanta admiración el señor Vidal- hicieron todo lo posible por erradicar la Navidad. Por ejemplo, el fanático Oliver Cromwell -al que tantas loas lleva dedicando Vidal en sus artículos- prohibió esa celebración en Inglaterra durante su régimen dictatorial, lo que provocó una revuelta popular. En Estados Unidos se dieron prohibiciones similares a manos de los puritanos que encabezaron las primeras colonias en ese país.


Desconozco si el señor Vidal pretende seguir esa prohibicionista tendencia puritana, pero desde luego me parece algo falaz y manipulador que recurra al tópico franquista para demonizar los festivos de origen religioso que hay en España. Desde luego, nunca le he visto criticar el Día de Acción de Gracias, convertido en fiesta nacional en los Estados Unidos en 1863 por Abraham Lincoln, cristiano presbiteriano a la par que miembro de la masonería. Tampoco he visto a Vidal criticando que el Rosh Hashanah, el Yom Kippur, el Sukkot y otras fiestas judías sean días festivos en Israel, o que los niños cojan allí vacaciones escolares durante el Janucá. Ni siquiera le he visto cuestionar la Guy Fawkes Night, celebrada por los ingleses cada 5 de noviembre y fiesta anglicana, por cierto, que da rienda suelta da al anticatolicismo más rancio.


Vidal olvida en monopolio protestante de la enseñanza en otros países


Por otra parte, el presentador de esRadio dice que cuando la izquierda ha intentado “controlar la educación pública” lo hacía porque “seguía el modelo católico”, y pone a Franco como ejemplo de este modelo. Olvida, me temo, que el franquismo era una dictadura y que la doctrina social católica no tiene a las dictaduras como modelo ideal de gobierno. Pero olvida, también, que durante siglos la Iglesia Católica no fue la única que acaparó la enseñanza: en otros países el monopolio educativo lo tuvo el protestantismo. En mi anterior réplica a Vidal ya expuse que la Constitución de Noruega hoy vigente afirma: “La religión evangélica luterana debe permanecer como la religión oficial del Estado. Los habitantes que la profesan están obligados a educar a sus hijos en la misma.” Ya indiqué también como en la amplia mayoría de los países europeos en los que había triunfado la Reforma la religión protestante era la del Estado, y eso casi siempre tenía como consecuencia que la educación religiosa fuese en exclusiva la protestante. ¿Será que las investigaciones históricas de César Vidal han pasado por alto dichos países?


Vidal se olvida también de la COPE y de los curas liberales y del PP


Pero el colmo del olvido lo pone César Vidal al comienzo del último párrafo de su artículo, cuando dice lo siguiente: “con esas coincidencias de mentalidad, ¿puede a alguien sorprender que los sacerdotes que se han dedicado a la política rara vez hayan discurrido por las zonas liberales de la misma? Hemos disfrutado curas de extrema derecha y del PCE, de la Comunión Tradicionalista y del PTE, de la ORT y de CiU, del PNV y de ETA, de CCOO e incluso del PSOE, pero –me corregirán, sin duda, los lectores– no me viene a la cabeza uno solo que anduviera por un sendero político en el que la duda fuera permisible, en el que el dogma no lo invadiera todo y en el que la libertad fuera el primer valor.”


Para empezar, sorprenden estas afirmaciones en un protestante que se ha tirado años de presentador de un programa de una radio católica, radio que es propiedad de la Conferencia Episcopal Española. No puedo hacer menos que recordar el artículo que el propio vidal dedicó a Bernardo Herráez en 2010, en el que recordaba la tolerancia que ese sacerdote y presidente de honor de la COPE tuvo hacia él a pesar de las críticas de no pocos oyentes. ¿Conoce César Vidal a algún católico que sea presentador de un programa en una emisora protestante? ¿Serían capaces personas como Vidal de tolerar siquiera la presencia de un comunicador católico en una radio dedicada a extender las bondades de la Reforma? En fin, su propia experiencia personal debería haberle llevado a tener un poco más de respeto por la realidad, pero ya que ni con ésas se ve capaz de refrenar su creciente prejuicio anticatólico, al menos podría haber tenido la delicadeza de respasar los libros de historia.


Y es que buena parte de los diputados que aprobaron la primera Constitución liberal de España, la de 1812, eran precisamente sacerdotes. Uno de ellos, por ejemplo, fue Juan Nicasio Gallego, sacerdote liberal que trabajó en la comisión encargada de redactar la parte correspondiente a la libertad de imprenta. Por defender la libertad fue perseguido y encarcelado al regreso del felón Fernando VII. Ciertamente, a lo largo de ese siglo la militancia liberal de ciertos sacerdotes les provocó problemas políticos y también religiosos, pues dicha militancia fue pareja, en algunos casos, a la pertenencia a sociedades secretas como la masonería, condenadas por la Iglesia. Tampoco fue ajeno al conflicto entre la Iglesia y el liberalismo decimonómico el virulento anticatolicismo de no pocos liberales de la época, un fenómeno que perduró durante el siglo XX. En todo caso, César Vidal se olvida -significativamente- de citar también las siglas del PP, partido al que pertenece el actual alcalde de Cómpeta, el sacerdote José Luis Torres. También se olvida de los cuatro curas bilbaínos que en 2003 se ofrecieron a completar las víctimas del PSE y del PP en el País Vasco como gesto de solidaridad con los amenazados por ETA. ¿También se olvidó Vidal de estos casos?


Vidal falsea con todo descaro un discurso de Primo de Rivera


Para terminar, creí haberlo visto todo cuando el 4 de diciembre Vidal citó a Gaspar Llamazares en un artículo dirigido a marcar las diferencias entre católicos y protestantes. Unos días después me preguntaba yo aquí si ése era el arquetipo de católico español según el presentador de esRadio. En su artículo de ayer, Vidal pone un nuevo arquetipo: José Antonio Primo de Rivera, hombre que sin duda alguna fue un ferviente católico hasta su asesinato a manos de los mismos a los que Vidal intenta equiparar con las creencias del fusilado. Eso sí, cabe preguntarse si el líder de un partido marginal y muy minoritario entonces (sólo obtuvo un diputado en las elecciones de noviembre de 1933) es lo más representativo del catolicismo español que ha encontrado César Vidal, pero me temo que el presentador de esRadio no buscaba un ejemplo representativo, sino uno al que usar como trampolín para generalizar sus prejuicios contra los católicos.


A propósito de este caso, según Vidal, el fundador de Falange “en el mismo discurso en que cargaba contra el liberalismo –demostrando de paso que no tenía ni idea de lo que hablaba– se apresurara a reconocer la justicia del nacimiento del socialismo y, acto seguido, desautorizara su carácter no católico“. Vidal se refiere, seguramente, al discurso que pronunció Primo de Rivera en el acto fundacional de la Falange Española el 29 de octubre de 1933. El caso es que en aquel discurso Primo de Rivera no mencionó ni el catolicismo ni el cristianismo. Antes bien, criticó al socialismo alegando que “vino a descarriarse, porque dio, primero, en la interpretación materialista de la vida y de la Historia; segundo, en un sentido de represalia; tercero, en una proclamación del dogma de la lucha de clases”. En ese discurso sólo se hicieron dos menciones a la religión: en la primera el fundador de la Falange criticaba que el socialismo “no ve en la Historia sino un juego de resortes económicos: lo espiritual se suprime; la Religión es un opio del pueblo; la Patria es un mito para explotar a los desgraciados. Todo eso dice el socialismo”. En la segunda, Primo de Rivera decía, ya sin relación alguna con su mención al socialismo, lo siguiente: “Queremos que el espíritu religioso, clave de los mejores arcos de nuestra Historia, sea respetado y amparado como merece, sin que por eso el Estado se inmiscuya en funciones que no le son propias ni comparta –como lo hacía, tal vez por otros intereses que los de la verdadera Religión– funciones que sí le corresponde realizar por sí mismo.” Ni pío de lo que afirma César Vidal, oiga.


En fin, llegado al punto de comprobar por mí mismo de qué forma ha sido capaz de falsear el contenido de un documento histórico -que para colmo es muy fácil de encontrar-, ya no sé si empezar a cuestionarme otras referencias que César Vidal ha hecho de documentos históricos a los que no tengo acceso. ¿Los habrá comentado con la misma ligereza y desprecio por la verdad? Desde luego, sentía por César Vidal una gran admiración como historiador, y verle haciendo trampas me decepciona muchísimo.


 


http://www.outono.net/elentir/2012/01/02/la-izquierda-espanola-la-iglesia-catolica-y-los-olvidos-de-cesar-vidal/

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