La de Antonio Delgado (Santa Cruz de Tenerife 1963) no es la típica historia del seminarista que se forma desde joven para ser sacerdote. Aunque siempre ha practicado la religión católica, cuyos principios enseñó durante años como docente en varios institutos, Antonio es viudo. Aunque todo empieza mucho antes, él dice que con 15 años, cuando recibió la primera "llamada de Dios" vivió un año como laico en una misión religiosa en la selva peruanade Sandia y a su regreso a Tenerife se casó con Carmen, la mujer con la que compartió su vida y sus creencias durante 16 años. Pero a raíz de la muerte de su compañera hace años, decidió no oponer más resistencia a esa llamada. "Nunca me alejé de la fe", contaba días antes de su ordenación, pletórico porque "por fin" llegaba el momento que esperó desde hace tres años.
Hoy Antonio vive con cierta preocupación la situación de crisis económica. "Estamos donde nos hemos ido metiendo; se aposto por un caballo equivocado y ahora el mundo lo está pagando", relfexiona. La vocacional es también otra crisis que le preocupa y que achaca "a lo facilísimo que lo han tenido mucho jóvenes"
De su etapa como docente guarda un cariño especial del IES de Geneto. "Todos se volcaron conmigo de forma increíble con la enfermedad de Carmen", recuerda, y añade que no tiene forma de pegar la manera en que lo arroparon.
Fuente: La Opinión de Tenerife
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