jueves, 7 de junio de 2012

Hogar dulce hogar


Puede haber muchas leyes sobre igualdad, educación o comportamiento cívico, dice Royland, pero ninguna será tan valiosa como el ejemplo de dos adultos ante los ojos dispuestos a ver, aprender y recordar de un niño.


Ese es, más o menos, el lema estrella de una corriente conocida como nuevo feminismo. Aquel que reconoce el papel esencial de la mujer -diferente al del hombre- en el desarrollo social. No se trata, advierten sus partidarias, de lavar, cocinar y planchar (eso puede hacerlo también el hombre), sino de desarrollar, sin limitaciones ideológicas ni roles artificiales, la vocación que viene inscrita en la naturaleza femenina: crear hogar, no como algo físico sino como algo afectivo, casi espiritual.


Ese papel lo asume, y lo defiende, por ejemplo, la escritora italiana Constanza Miriano. Autora de un libro tan políticamente incorrecto como exitoso -Casada y sumisa. Práctica extrema para mujeres sin miedo-, toma prestada la frase de san Pablo a los efesios -“esposas, estad sujetas a vuestros maridos”- para señalar que la mujer ha luchado tanto por su emancipación que ha perdido
su identidad femenina.


En una entrevista publicada por la revista Misión, y preguntada sobre si puede ser feliz una mujer sumisa, Miriano explica que el concepto de sumisión -por debajo- quiere decir que la mujer debe estar siempre dispuesta a servir, a apoyar a los miembros de su familia, y sobre todo a acompañar a los más débiles. “Podemos trabajar y tener mucho éxito, pero lo que mejor sabemos hacer, lo que responde a los deseos más profundos de nuestro corazón, es la capacidad de servir y unir a las personas”.


Dos apuntes. Primero: el siguiente libro de Constanza es para los hombres (Maridos, estad dispuestos a morir por vuestras esposas). Segundo: numerosas mujeres han confesado haber comprendido la vida matrimonial después de leer el libro de la italiana. Otras se han decidido a
contraer matrimonio y otras muchas aseguran haber aprendido a querer más y mejor a sus maridos.
Y todo, sin patas quebradas.



Motivos para creer (en el matrimonio)


-Existe una relación positiva entre el matrimonio y la salud física: las personas casadas viven más que las solteras.

-Los casados tienen menos probabilidades de participar en la toma de decisiones arriesgadas y se comportan de forma más responsable y positiva que sus vecinos solteros.


-El bienestar psicológico de los casados es sustancialmente mejor que el de los no casados. Tienen tasas de depresión más bajas, sufren menos trastornos psíquicos y tienen menos probabilidades de ser ingresados en un centro de salud mental. Los solteros (separados, viudos, divorciados o nunca
casados) no están tan contentos y felices con la vida como los casados.


-El matrimonio tiene un impacto positivo en la productividad social. Los hombres casados registran más horas de trabajo que quienes cohabitan con sus parejas y el papel saludable del conjunto formado por padre, madre e hijos ayuda a lograr libertad personal y mejora la economía de mercado.


Fuente: Semanario Alba


No hay comentarios:

Publicar un comentario