miércoles, 2 de octubre de 2013

"El Sacramento del Adios"

Protagonistas los jóvenes, el programa de Radio María donde se le da voz a los jóvenes, comenzó su nueva temporada con el equipo de Tenerife. Os dejamos a continuación la reflexión que se hizo en el espacio "Firmes en la Fe".


Encontrar a Jesús, su amor y misericordia es la aventura más grande y más bella, dijo el Papa Francisco a los jóvenes en Cerdeña la semana pasada. Tengan el coraje de ir a contra corriente y no se dejen llevar por la corriente, porque encontrar a Jesús es la aventura más bella que le puede suceder a una persona.


Francisco invitó a los jóvenes a no abandonar la iglesia y se refirió a una experiencia recurrente en las parroquias que se debe corregir. El sacramento de la confirmación es para los jóvenes el sacramento de la despedida, el sacramento del adiós a la iglesia. ¡Lo reciben y se van! Esta es una experiencia de fracaso, afirmaba el Papa, a la vez una prueba más en la vida de jóvenes, catequistas y sacerdotes que no ven siempre el resultado correspondiente a sus esfuerzos.


Recordemos que la confirmación es el sacramento que completa el bautismo y en el que se recibe el don del Espíritu Santo. Quien opta por una vida como hijo de Dios y bajo el signo de la imposición de las manos y la unción con el crisma pide el Espíritu de Dios, recibe la fuerza de ser testigo del amor y del poder de Dios con sus palabras y obras. Es entonces un miembro pleno y responsable de la iglesia católica.


Cuando un entrenador manda a salir al campo a un futbolista, le pone la mano en el hombro y le da sus últimas instrucciones. Así se puede entender también la confirmación. Entramos en el campo de la vida. Se nos imponen las manos. Por el Espíritu Santo sabemos lo que debemos hacer. Nos ha motivado profundamente. Su envío resuena en nuestros oídos. Sentimos su ayuda. No queremos decepcionar la confianza que ha puesto en nosotros y vamos a ganar el partido para él. Solo tenemos que querer y escucharle.


En este sacramento el alma de un cristiano bautizado queda marcada con un sello indeleble que solo se puede recibir una vez y que marca a esta persona para siempre como cristiano. El don del Espíritu Santo es la fuerza de lo alto en la que esta persona realiza la gracia de su bautismo a través de su vida y es <<testigo>> de Cristo.


Confirmarse quiere decir hacer un contrato con Dios. El confirmando dice: Sí, Dios mío, creo en ti. Dame el Espíritu Santo para pertenecerte totalmente, para no separarme nunca de ti y para dar testimonio de ti toda mi vida en cuerpo y alma, con hechos y palabras, en los días buenos y en los días malos. Y Dios dice: hijo mío, yo también creo en ti, y te concederé mi Espíritu, me doy yo mismo. Te perteneceré totalmente. No me separaré de ti nunca, ni en esta vida ni en la eterna. Estaré en tu cuerpo y en tu alma, en tus hechos y palabras. Incluso cuando tú me olvides, yo estaré ahí, tanto en los días buenos como en los malos.


IMG_2807

Bonitas palabras que nos redactan una historia de amor real, entre el padre y el que decide seguirle. Ahora que empieza el cuso catequético debemos aumentar en fuerzas. Preguntémonos: ¿Por qué todos los que se encuentran con Él se preguntan quién es? ¿Por qué no pasa desapercibido? ¿Por qué deja huella en las vidas de los que se encuentran con Él? Te invito a ti joven, a que lo compruebes tu mismo, acude a la catequesis de confirmación…y si ya la has recibido permanece en el camino y recuerda los momentos vividos, no para regocijarte en ellos, sino para seguir avanzando y madurar en la relación con el Señor.


El camino es Jesús y debemos remar mar adentro con El. Es el Señor quien cambia la perspectiva de nuestra vida. No debemos temer al fracaso, es una prueba, nos recordaba el Papa francisco. Una prueba alentadora que nos hace mirarnos por dentro y crecer en certeza.


Es la fe en Jesús la que conduce a una esperanza que va más allá, a una seguridad fundada no sólo en nuestras cualidades y habilidades, sino sobre la palabra de Dios, en la invitación que viene de ÉL. Sin hacer demasiados cálculos humanos y sin preocuparse de verificar si la realidad que los rodea coincide con sus inseguridades. Remar mar adentro, salir de nosotros mismos, de nuestro pequeño mundo y abrirnos a Dios, para abrirnos cada vez más también a los hermanos.


Dejemos que se haga su obra en nosotros. Mantengamos la esperanza en El. Los jóvenes no pueden vivir sin esperanza porque la esperanza es parte de su ser. ¡Un joven sin esperanza es preocupante porque significa que ha envejecido y corre el riesgo de refugiarse en cosas que no son de Dios.IMG_2815

La vida es una aventura, en la que los protagonistas somos nosotros. Nosotros en esa trama de circunstancias que nos rodean, que nos provocan y donde cada uno es invitado a buscarle en cada momento. Confiemos en Jesús, que se nos hace cercano q siempre está con nosotros.


Empecemos cada día y no deseemos otra cosa más que poder volver a encontrar los rasgos de Su rostro en nuestra familia, en nuestros amigos… de no ser así, llegaremos al final del día habiendo hecho muchísimas cosas pero sintiéndonos vacios, con nostalgia infinita del Señor.


No nos detengamos en el camino, si no es para contemplar la creación y los momentos bellos que nos regala. Sigamos adelante con entusiasmo, con fervor, con ganas de que nuevamente se produzca un encuentro. Preguntémonos constantemente: ¿Qué quieres de mi Señor? Abrámosle la puerta d nuestro corazón, de nuestro ser, d nuestra alma para que nos invada con su Espíritu y dejemos que nuevamente la pregunta surja en nosotros. ¿Qué quieres de mi Señor? ¿Qué quieres de mi, que mi amistad procuras?


No hay comentarios:

Publicar un comentario