miércoles, 11 de diciembre de 2013

8 Claves para convertirte en evangelizador



[caption id="attachment_3707" align="alignright" width="199"]Claves para evangelizar Claves para evangelizar[/caption]

Cuenta un relato del filósofo Kierkegaard que, cierto día, un circo de Dinamarca fue presa de las llamas. El dueño del circo envió a uno de sus payasos a pedir auxilio al pueblo vecino, pero, sus habitantes, al ver al payaso que iba vestido como tal, pensaron que se trataba de una estrate­ gia para que todos acudieran al circo, así que comenzaron a reírse del extravagante emisario. Sus súplicas, lloros e inten­ tos de persuasión no hicieron sino aumentar las carcajadas de los oyentes. Finalmente, el fuego llegó a la aldea y, arra­sando con todo lo que encontró a su paso, se convirtió en una prueba irrefutable de que el payaso decía la verdad. Benedicto XVI usa este cuento en su libro Introducción al cristianismo para explicar lo que le ocurre a los teólogos actuales. La gente ve y oye a los miembros de la Iglesia, espe­cialmente a obispos y sacerdotes, que dicen la verdad, pero las personas tienen prejuicios tan grandes contra ellos que real­ mente no los escuchan. Si alguna vez nos hemos lanzado a la compleja empresa de intentar acercar a nuestros familiares o amigos a la fe, o la vivan de forma más auténtica, enten­deremos perfectamente cómo se debió sentir aquel payaso. Experimentamos una total impotencia ante la actitud de indi­ferencia, o incluso de rechazo, hacia este tesoro escondido que es la fe. Pero, ¿lo estaremos haciendo bien? En Misión hemos consultado a expertos en nueva evangelización, quienes nos han dado ocho claves de lo que de verdad funciona, de lo que debemos hacer y de lo que no.




1. Todo empieza por Jesucristo


Comenzar hablando de moral cristiana a quien no conoce personalmente a Jesucristo, y, por lo tanto, no puede seguirla, entorpece la evangeliza­ ción. Enfrascarse en interminables discusiones sobre el uso de anticonceptivos o las relaciones prematrimoniales con personas alejadas de la Iglesia no conduce a nada. Hay que comenzar por el kerygma, pala­ bra de origen griego que significa ‘anuncio’: anunciar que Dios te ama, te perdona y te espera. No es necesario, por tanto, recurrir a grandes ideas, sino anunciar a Jesucristo, que transforma la vida. Para ello debemos de haberle cono­ cido nosotros primero y poder contar, así, cómo el encuentro personal con Jesús nos ha cambiado la vida. Por otro lado, “tampoco sirve como argumento para un no creyente decir ‘... porque la Iglesia dice esto’, sino ‘... porque Jesucristo dice esto’”, aconseja José Alberto Barrera, promotor de los cursos Alpha en España. El Papa Francisco así lo ha confirmado al decir que “debemos comunicar a Jesucristo, y no más a Francisco”.



 2. ¿Verdad Absoluta?


 “El posmoderno no acepta que tú llegues por él a la verdad, tiene que llegar él”, afirma Barrera. Los jóvenes de hoy, como son posmodernos, no aceptan la idea de verdad, destruida en la sociedad actual. Es un callejón sin salida. Si queremos presentar a Jesucristo como verdad, debemos hacer que la gente descubra que le necesita, preguntarles “¿Qué es la verdad para ti?, ¿quién eres tú?, ¿cuál es tu felici­ dad?”. “Estas cuestiones les llevan al interior de su corazón, y, si les escuchas, ellos se acercan a ti y te preguntan sobre lo que tú crees”, explica el experto.



3. Intensa Vida de Oración.


“‘Hablar de Dios’ y ‘hablar con Dios’ siempre deben ir de la mano”, aconsejaba el entonces cardenal Ratzinger en una con­ ferencia en el año 2000. Y es que, según Benedicto XVI, todos los métodos de evangelización son ineficaces si no están fundados en la oración, porque “no podemos ganar nosotros a los hombres. Debemos obtenerlos de Dios para Dios”. Nosotros somo meros instrumetos en sus manos.



4. Celo Apostólico


Carlos Cortés, iniciador del grupo evangelizador Kerygma, de Alcalá de Henares (Madrid), observa que falta ardor por llevar a Jesucristo a todos los ambien­ tes, por “‘molestar’ en aquellas cosas que están demasiado tranquilas en la Iglesia”, como ha pedido el Papa Francisco, quien insiste mucho en que no debemos ser “cristianos de salón”, personas “educadas, buenas, pero que no saben encaminar a los hijos hacia la Iglesia con el anuncio y el fervor apostólico necesarios”. Evangelizar no es algo que tenga un horario, como un trabajo más, sino que, si poseemos este celo, nos sale de modo natural en cualquier circunstancia vital. Para ello es necesario que los católicos vivamos en un nuevo espíritu de santidad, por­ que, “si de verdad estamos llenos de Dios, como un vaso lo está de agua, lo desbordaremos”, considera Cortés, quien explica que “la nueva evangelización no consiste en usar métodos, sino en estar enamorados de Dios para transmi­ tirlo con eficacia”.



5. “Mirad como se aman”


Los cristianos debemos tener algo que los demás no tienen. “Si yo acojo como Jesucristo, amo como Jesucristo, perdono como Jesucristo, llamaré la atención y la gente se abrirá a Jesucristo”, opina Barrera. Porque el Evangelio se anuncia con “el lenguaje de la misericordia, hecho de gestos antes que de palabras”, aconseja el Papa.



6. Salir a las periferias.


Juan Pablo II decía que la parroquia debe buscarse a sí misma fuera. Como también pide constantemente Francisco, debemos salir a las periferias existenciales, entablar diálogo con los que no piensan como nosotros, porque, si los que pensamos igual nos enclaustramos en la parroquia o en nuestro movimiento, la Iglesia enferma.



7. Cambiar el lenguaje


El gran error que solemos cometer es que, según Barrera, “evangelizamos desde dentro de la Iglesia a los que están fuera, lo que significa que tú tienes que venir a la Iglesia para escuchar un mensaje que está hecho para la gente de dentro, por lo que no lo vas a entender”. Además, la Iglesia española utiliza un len­ guaje cultural de generaciones pasadas en lugar del de los jóvenes de hoy; la música es de hace treinta años; los mue­ bles antiguos... “Hace falta un ‘cristianismo pop’”, reivindica Josué Fonseca, fundador de la comunidad Fe y Vida. Así, en las iglesias debería sonar el tipo de música que escucha la gente que asiste a ellas, y nosotros, recurrir al lenguaje de la calle, pero sin cambiar el mensaje. Precisamente parte de la popularidad que está teniendo el Papa Francisco se debe a que “nos está diciendo verdades de una manera sencilla, directa y simple”, afirma el autor católico Chris Lowney.



 8. No tener Miedo.


 “En el mundo habrá siempre persecución”, pronosticaba Jesús. Por ello, debemos contar con que seguramente recibiremos críticas y ataques hacia nuestras creencias. “Bienaventurados cuando os injurien y os persigan por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los Cielos”, pero no solo en los Cielos, sino que también aquí recibiremos innumerables frutos, porque “la fese fortalece dándola”, sentenciaba Juan Pablo II


Fuente: Revista Misión





Por Belén Manrique 




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