domingo, 26 de agosto de 2012

Neil Armstrong valoraba más haber pisado donde pisó Cristo que aquella huella sobre la Luna



El 21 de julio de 1969 el Apolo XI, con aquella histórica tripulación (Neil ArmstrongEdwin "Buzz" AldrinMichael Collins), llegó a la órbita de la luna, y cuando el módulo tocó su superficie Armstrong descendió, dejó su huella y pronunció en directo, para millones de telespectadores, aquella frase: "Un pequeño paso por un hombre, un gran paso para la Humanidad". 

Tras los pasos de Cristo
Su fallecimiento este sábado a los 82 años ha recordado sobre todo este momento, aunque también que llegó a la NASA tras un brillante historial militar que incluye 78 misiones de combate como piloto naval en Corea.

A diferencia de Gagarin, Armstrong era un hombre muy religioso y profundamente cristiano. Quizá la historia más conocida en ese sentido es la que sucedió en Jerusalén en 1988.

Neil visitó Jerusalén ese año, y le pidió a Thomas Friedman, un profesor experto en arqueología bíblica que le hizo de guía por la ciudad, que le llevase a un lugar donde pudiese tener la certeza de que había caminado Jesucristo.

El profesor, una de cuyas alumnas, Ora Shlesinger, ha relatado la historia más de una vez, llevó a Armstrong a los restos de escaleras del templo construido por Herodes el Grande que aún se conservan. "Estos peldaños constituían la principal entrada al templo", le dijo: "No hay duda de que Jesús subió por ellos".

Armstrong se concentró entonces profundamente y rezó durante un rato. Al terminar, se volvió a Friedman, y, emocionado, le dijo: "Para mí significa más haber pisado estas escaleras que haber pisado la Luna".


http://religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24512

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